Reportaje en vivo de la primera presentación del grupo de hip-hop Suika en Francia.
El local donde Suika se iban a presentar era el bar Azian, un lugar cálido, elegante y con estilo para disfrutar de un concierto. Pedimos una copa mientras esperábamos a que los dos músicos subieran al escenario.
Quién estaba evidentemente muy nervioso era ATOM, incluso desde antes de subir al improvisado escenario del Azian en el que presentarían cuatro canciones. Esto fue un bautismo de fuego para los dos músicos puesto que era su primer concierto en Francia.
Sin embargo, estos músicos que tienen bastante experiencia tuvieron gran éxito al presentar un gran espectáculo con solo un bajo, un cajón y un rapero hiperactivo y conversador (Sae, el traductor, tuvo que detenerlo en varias ocasiones durante sus monólogos para poder transmitir con tiempo todo lo que estaba diciendo). La audiencia estaba embelesada con la presentación. Bailaron y rapearon con los músicos y con canciones como Mushrooms Mathematics, el ritmo hizo moverse a la audiencia.
Aun cuando no entendiéramos nada de lo que decían durante la presentación, ambos músicos eran muy entusiastas y tenían una gran habilidad musical que no importaba el no poder entenderlos. Definitivamente la música es un idioma universal y un pasaporte para estos raperos de Suika.
"Cuando fui a La India por un año, solo tenía mi pobre manejo del ingles y mi música, pero de algún modo pude darme a entender. Tanto el lenguaje corporal como el musical son excelentes medios para comunicarse" - explicó ATOM.
Por fortuna, Sae de Soundlicious estuvo ahí para traducir y comprendimos durante los diálogos del saltarín músico todo el respeto que ambos sienten por el fuerte carácter del pueblo francés, cuan consternados están ante la costumbre japonesa de "seguir la directiva de los Estados Unidos" y cuán felices se sintieron al tocar en París. Poder ver sus sonrisas fue suficiente para comprenderlo.
El escaparate era muy pequeño, pero a pocos les importó. Takatsuki y ATOM dieron todo a la audiencia francesa e improvisaron una sesión de fotos después. Los músicos también participaron de una sesión de firma de autógrafos con grandes sonrisas mientras estrechaban la mano e incluso insistieron en tomarse fotos con sus fans.
¿Dónde quedó la timidez legendaria del pueblo japonés? No tenemos idea y tampoco nos interesa; dejamos la pregunta abierta.
La noche terminó así como comenzó, con la calmada atmósfera de un bar. Aun cuando fue corto, fue un gran debut para una banda sin pretensiones y con toda certeza con los pies bien puestos sobre la tierra.